Entonces Pablo se apartó de ellos y llevó a los creyentes a la escuela de un tal Tirano. Allí hablaba todos los días, y así lo hizo durante dos años, de modo que todos los que vivían en la provincia de Asia, tanto los judíos como los que no lo eran, oyeron el mensaje del Señor. (Hechos 19:9-10)
¿Como es posible que Pablo pueda decir que después de solo dos años “todos los que vivían en la provincia de Asia” que incluía aproximadamente 15 millones de personas en un territorio el tamaño del estado de Texas oyeron el mensaje del Señor? ¡Y Pablo solo comenzó con 12 hombres! (Hechos 19:7)
Además, de estos dos años de ministerio se piensa que resultaron por lo menos nueve nuevas iglesias: las siete Iglesias de Asia Menor mencionadas en los primeros capítulos de Apocalipsis y también las de Hieropolis y Colossae.
¿Como es posible que nueve nuevas Iglesias[1]--estas seguramente compuestas por por lo menos varias congregaciones cada uno-- se pudieron establecer y millones escucharon las buenas noticias de Cristo? Aun más sorprendente resulta saber que Pablo mismo ni salió de le ciudad de Éfeso en todo ese tiempo.
¿Cómo lo hizo? Parte de la respuesta es que Pablo, a través del poder del Espíritu Santo comenzó un movimiento multiplicativo de hacer discípulos. Pablo, imitó a Jesús, quien también había invertido su tiempo en doce discípulos a través de la cual cambió el mundo entero.
La visión de Caminemos Juntos es de alcanzar el pueblo Latino en las Américas. Deseamos ver iglesias anglicanas fuertes y misioneras en cada país Latinoamericano y entre los inmigrantes Latinos en Estados Unidos y Canadá. Esto solo es posible a través de un movimiento multiplicativo que hace discípulos.
Me gustaría resaltar varios principios esenciales para todo movimiento que podemos aprender de Pablo y su obra misionera en Asia Menor y que se han visto en otros movimientos multiplicativos en la historia de la Iglesia.
Principio #1: El Bautismo Vinculado con La Conversión
El gran movimiento multiplicativo en Asia Menor comienza con bautismos. El libro de Hechos en si comienza con el bautismo de tres mil hombres en un día (Hechos 3:41). ¡Que emoción fuera ser partícipe ese día de ese gran servicio bautismal! En el movimiento de expansión de la iglesia primitiva descrita en Hechos y en todos los gran movimientos multiplicativos desde entonces el bautismo ha jugado un rol esencial como rito de paso hacia una nueva vida como discípulo en Cristo. Aun más que un simple rito ha sido una manera de proclamar públicamente la fe del corazón, la señal externa de la gracia interna en el convertido. Como Anglicanos Latino, para ser un movimiento verdaderamente multiplicativo, debemos recobrar la centralidad del bautismo en medio de un continente bautizado por no verdaderamente evangelizado. Debemos desarrollar ritos de paso para adultos que aunque bautizados como niños nunca fueron evangelizados ni discipulados en Cristo y ahora están conociendo a Cristo en nuestras iglesias y quieren comprometerse públicamente con él.
En muchos lugares de la Iglesia Anglicana se ha practicado con mucho éxito un rito de renovación de los votos bautismales (similar a la que se encuentra en el Libro de Oración Común del 1979 para la Gran Vigilia Pascual en Sábado de Gloria) después de un tiempo de aproximadamente de seis semanas de preparación y discipulado. Se recomienda que este renovación bautismal conlleve un compartir de testimonio del convertido. Este rito demarca al nuevo creyente como alguien apartado del mundo y de su vieja vida y como seguidor de Cristo. Es especialmente apropiado hacer esto en la grandes fiestas de la iglesia: La Vigilia Pascual, el Domingo de Resurrección o en Pentecostés como hacía la iglesia primitiva.
Como punto aparte, se recomienda, para no continuar el ciclo de bautismo “folclórico” (o sea por simple costumbre sin un verdadero discipulado) que no se bauticen a infantes hasta que los padres mismos no hayan pasado por alguno rito de paso similar a la de renovación bautismal y sean miembros comprometidos con la iglesia local. Un movimiento misionero y multiplicativo siempre comienza con una verdadera conversión de la primera generación. En la segunda y tercera generación de discípulos, como se desarrolló en la iglesia primitiva, ya tiene sentido practicar el bautismo de niños que son hijos de los convertidos de primera generación.
Principio #2: Debemos Recobrar Un Discipulado Multiplicativo
Si estudiamos cuidadosamente este pasaje de Hechos 19 nos damos cuenta de que Pablo cambió su estrategia misionera en Éfeso. En vez de tratar él mismo de evangelizar y plantar nuevas iglesias como había Hecho en las otras ciudades, Pablo enfoca su tiempo en vez en discipular y entrenar a un grupo pequeño de doce discípulos por un periodo de dos años. Pero esto no fue un discipulado teórico o teológico. Tampoco fue un tiempo de simple preparación para una futura obra misionera para estos doce. Fue un discipulado esencialmente misionero y multiplicativo desde sus principios.
Recordemos que aunque Pablo no se movió de Éfeso este discipulado resultó en la plantación de Iglesias y la evangelización de toda Asia Menor. Pablo, imitando a Jesús mismo, formó un grupo pequeño de 12 discípulos misioneros, discípulos que entendían que parte esencial de ser un discípulos es de también hacer discípulos. Pablos los entrenó a entrenar a otros. Ellos mismos se encargarían del evangelismo y plantación de iglesias. Por esto, seguramente mucho de este discipulado involucraba envío de dos en dos (Lucas 9 y Lucas 10) y después un tiempo de dar informe y testimonio (Lucas 9:10-11). Si nos fijamos en el envío de Jesús, vemos que apenas había seleccionado sus discípulos cuando ya los está enviando y dándoles autoridad.
Por seguro los que se convirtieron a Cristo gracias a la evangelización de estos primeros doce entrenados por Pablo fueron similarmente juntados en grupos pequeños y entrenados y discipulados en como ser discípulos y como hacer discípulos de sus amigos y familiares.
El discipulado de Jesús, igual a la de Pablo no era preparación para una futura misión. El discipulado en si era misión, era un discipulado misionero y esencialmente multiplicativo. El discípulo desde sus comienzos es un misionero multiplicativo, y un discipulado Bíblico incluye entrenamiento misionero y trabajo misionero desde el comienzo.
Para convertirnos en un Anglicanismo multiplicativo debemos aprender a recobrar lo que llamo el discipulado misionero. Debemos empezar a entrenar a los más nuevos creyentes en no solo la Biblia y oración pero también en la misión. Debemos desarrollar sistemas y métodos de discipulado que comienzan con evangelismo, siguen con conversión y después entrena estos convertidos a llevar el evangelio a otros y repetir el proceso. Muchas veces separamos el evangelismo del discipulado y el discipulado de la formación de lideres y la plantación de iglesias, pero debe ser un proceso continuo y unido.
Principio #3: Debemos Buscar los Recursos en la Cosecha
Lo que debía sorprendernos aun más de esta historia es que durante estos dos años Pablo no recibió ningún pago. El tenía un trabajo aparte de su trabajo como discipulador (Hechos 20:33-34). Hace eco en sus palabras a los ancianos de Éfeso a las palabras de Jesús cuando envió a sus discípulos “sin pan, ni dinero, ni ropa de repuesto” (Lucas 9:3).
Todo movimiento multiplicativo en la historia de la iglesia ha sido un movimiento autosuficiente en recursos materiales y completamente dependiente del Espíritu Santo. No necesitamos más dinero para levantar nuevas iglesias. Necesitamos más del Espíritu Santo. Los recursos están en la cosecha misma no se necesitan recursos de afuera para poder cosechar. El uno sigue el otro. Nunca olvidemos que evangelizar a millones de personas y plantar docenas de congregaciones en un corto periodo no le costó a Pablo ningún centavo.
El anglicanismo en las Américas ha sufrido tremendamente cuando este principio de autosuficiencia (o “Espíritu-Suficiencia”) se ha olvidado. Repito: ¡no necesitamos más dinero! Necesitamos ms dependencia del Espíritu Santo. Por seguro necesitaremos mucha creatividad y “nuevos odres” misioneros. Lideres bivocacionales serán mucho más normal. Liderazgo y plantación de iglesias por laicos (en vez de pastores “profesionales”) será la norma.
Señor, ayúdanos a creer que la cosecha está lista en las Américas. Danos tus ojos para ver al mundo Latinoamericano como tu lo ves. Perdona nuestra falta de fe, te pedimos. Perdona la pequeñez de nuestra imaginación. Perdona nuestra preocupación por tantas cosas que nos han distraído de la misión que nos encomendaste.
¡Ya es hora, Señor! Te pedimos por los países donde no hay un Anglicanismo Bíblico. Úsanos para levantar tu iglesia ahí: te pedimos por Centro América y el Caribe, te pedimos por el norte de Sudamérica. Te pedimos por los pueblos indígenas en cada uno de nuestros países latinoamericanos. Levanta tus misioneros entre los millones de inmigrantes latinos en Canadá y Estados Unidos y atrae los corazones de inmigrantes que van de un país latino a otro. ¡Avívanos, Señor! Que se vea en la Américas un avivamiento como se ha vivido en el Este de África atrayendo miles y millones a tus pies. Y que todo sea para la honra y gloria de Jesucristo. Amén.
Recursos:
“G12” este es un sistema de discipulado y multiplicación basado en multiplicar grupos de doce líderes que se ha usado en Colombia. Una iglesia que lo ha usado con gran éxito es la Misión Carismática Internacional (MCI). Véase el documental “G12” en: http://mci12.com/ - nuestraiglesia
“La Expansión Espontánea de la Iglesia” por Roland Allen disponible gratis en línea aquí: https://app.box.com/s/of48hbr08jo9nzsh9t4u. Roland Allen fué un misionero Anglicano en China.
“Reproduciendo Discípulos” Se puede bajar el manual sin costo en: http://t4tusa.com/2013/09/26/reproducing-disciples-in-spanish/. En Ingles este sistema se llama: “T4T: Training for Trainers” y hay un libro con el mismo titulo escrito por Steve Smith and Ying Kai
[1] Cuando el Nuevo Testamento habla de Iglesias se piensa que habla de Iglesias regionales cada uno compuestas por múltiples congregaciones. Por ejemplo, la Iglesia de Corinto seguramente se componía por varias congregaciones que se juntaban en casas o hogares en diferentes partes de la ciudad.